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domingo, 6 de marzo de 2011

Altered Beast

La primera vez que vi el Altered Beast me sorprendió, cuando todavía era un niño. El Altered Beast es otro pedazo de juego de Sega, que salió en 1988. Altered Beast recibe este nombre porque podemos transformarnos en diferentes bestias como lobo, dragon, oso, etc.

Para transformarte en bestia en el Altered Beast tienes que coger 3 bolas y cada una de ella la puedes conseguir matando los perros de dos cabezas blancos. Transformarte en bestia no sólo te hace más poderoso, sino que además es la única forma de enfrentarse al enemigo final de cada fase.

En el juego Altered Beast tendrás que enfrentarte a todo tipo de enemigos. Como amante del Ghost'n Goblins me gustó mucho ver que en el Altered Beast también salían muertos vivientes de sus tumbas. El Altered Beast es impactante, mítico y terrorífico. Pero la verdad que esto lo digo sólo de las dos primeras fases. A partir de ahí, la verdad que el juego empieza a perder encanto, además de ser mucho más complicado.

Los gráficos de este juego son buenísimos. Tenemos que verlo siempre con perspectiva. A finales de los ochenta los videojuegos ya tenían una gran calidad gráfica y sonora. El clímax llegaría a mediados de los noventa con juegos como el Cadillac and Dinosaurs, X-Men, Street Fighter II... Poco después, la potencia de los nuevos ordenadores y videoconsolas hicieron desaparecer las máquinas de arcade.

Nosotros mismos somos resucitados al empezar el Altered Beast con la misión de rescatar a la hija de ZEUS. Como viene siendo habitual en este tipo de juegos, podemos jugar dos jugadores a la vez, lo que hace al juego más divertido.

Para jugar a dobles siempre te encontrabas con diferentes compañeros de aventura: el compañero cabrón que cogía siempre los objetos, el compañero solidario que te dejaba siempre cogerlos a ti y el compañero crack, que vivía el juego y constantemente te daba nociones de estrategia, trucos y consejos.

Un par de años después, el Altered Beast fue versionado para la gran videoconsola Megadrive. A mí todavía me parece que fue ayer que me la compré con el Sonic y me quedé boquiabierto. Los juegos de consola empezaban a parecerse mucho a los de arcade. Poco a poco los jugones fuimos consiguiendo lo que queríamos: tener una sala de juegos en nuestra propia casa.






















De todos modos, echo de menos jugar en la calle, en la sala de juegos y en el bar, donde se hacían corrillos de jugones conocidos y otros que conocías. Esto daba pie para hablar de juegos y para cambiar juegos con todo el que pudieras. Ahora esto se llama, por ejemplo, vagos.es : )

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